¿No has escuchado muchas veces la expresión “déjate de cuentos” o “déjate de historias”? A veces, en nuestras conversaciones, consideramos que lo realmente decisivo para vivir con los pies en la tierra es dejarse de cuentos. Muchas veces va de la mano de una excesiva valoración de las cuentas, es decir, de contar y calcular qué compensa, qué es lo útil, de qué sirve y tantas otras preguntas insidiosas que no llevan tanto a la centralidad de la cuestión, sino a un atajo donde salir indemne. El problema de las cuentas aplicado a todos los órdenes de la vida es que no todo puede ser contado. Ya Platón entendía que había realidades, enigmas y misterios nos atreveríamos a decir, que necesitan de los mitos. Necesitamos de los mitos de ayer y de hoy para poder comprender realidades personales, naturales y sociales que nos desbordan. La muerte, el amor, la amistad, la naturaleza, el tiempo, la culpa, Dios necesitan ser pensados con total radicalidad. Para ello necesitamos tanto los cuentos como la rigurosidad filosófica, teológica y científica. Pero los cuentos tienen una forma indirecta de hablarnos que posibilita lecturas no unívocas, amplitud de miradas, caminos y puertas que se abren, personajes que desbordan la lógica clásica, etc. Con este curso pretendemos iniciarnos en la sabiduría milenaria de los cuentos acercándonos a algunos contemporáneos. Leeremos algunos cuentos, daremos pistas de lectura, aproximaciones que son insinuaciones para poder transcurrir. El método de trabajo de nuestro fin de semana será todo aquello que nos ayude a saborear cuentos de Singer y Liao, Llenas y Litchfield, Mackesy, hasídicos y orientales. El horario de nuestro encuentro será el normal de la casa. Trabajaremos con cuentos, algunos los narraremos en voz alta o los visualizaremos. Si quieres hacer un hueco en tu vida y quieres adentrarte en cuentos de ayer y hoy para redescubrir lo misteriosa que es nuestra vida, anímate y regálate este fin de semana